Módulo 4
1.-
Caso elegido en el módulo 2.
En el
módulo 2 habíamos elegido un ejemplo de victimización de tipo pasivo, el de la
alumna 34.
La
alumna 34 pertenece a una clase en la que la mayoría de los alumnos se sienten
bien y consideran que tienen amigos en el aula. Además creen que no hay
excesivos conflictos en su clase y que el ambiente, en general, es de relativo
orden y tranquilidad. Pero sí que perciben que la alumna 34 presenta algún
problema de convivencia (17 testigos).
Dicha
alumna no recibe maltrato físico y no es insultada de manera sistemática, pero
sí está aislada y se habla mal de ella. La clase percibe que no tiene
prácticamente amigos y son relativamente conscientes de que lo pasa mal. Es una
alumna tímida, reservada, que no suele disentir ni llamar la atención. Al ser
tan reservada y tranquila, junto con el aislamiento, le hacen ser una víctima
propicia para un caso de acoso.
Para
solucionar el conflicto de la alumna 34 se proyectó un plan de intervención en
el que se trataban los siguientes puntos:
a) Entrevista con la alumna.
b) Entrevista con los padres de la alumna.
c) Actividades con el grupo de referencia:
dinámicas para favorecer la empatía, salidas o actividades que ayuden a la
creación de un sentimiento de “pertenencia al grupo”, actuación de los alumnos
ayudantes, trabajar la autoestima y la aceptación de la diferencia así como el
respeto.
d) Reunión con los profesores del grupo.
e) Creación de un buzón electrónico de
ayuda.
f) Trabajo individual con la alumna 34 para
mejorar su autoestima y sus habilidades sociales.
Asimismo se desarrollaron una serie de
medidas para poder evaluar la eficacia de la actuación llevada a cabo.
2.-
Selección de una medida organizativa de aplicación al contexto y al caso.
a) Contexto. Nuestro centro se encuentra en la zona sur de
Madrid. Es un instituto de secundaria con pocos alumnos (unos 350), pero con
amplios espacios y buenas instalaciones. Es un centro de integración para
alumnos con problemas auditivos.
El alumnado es muy heterogéneo, proceden
de diferentes colegios de primaria y existen muy diversas nacionalidades y
niveles culturales en sus aulas. La situación socioeconómica es media-baja, con
escasa (en general) participación de los padres en la vida diaria del
instituto.
Al ser un centro de integración de alumnos
con discapacidad auditiva el alumnado está familiarizado a trabajar en clase
con la empatía y la aceptación del otro (aunque sea diferente). Aún así, el
departamento de Orientación realiza jornadas con padres, alumnos y profesores
para sensibilizar sobre estos asuntos.
En el centro, tanto en el Plan de
Convivencia como en el Plan de Atención a la Diversidad se trabaja la mejora
del clima en el centro y la necesidad de estar atentos ante cualquier caso de
acoso escolar o maltrato entre iguales. Para ello en el centro se desarrolla un
plan de alumnos ayudantes (hay dos por clase) encargados de vigilar la
convivencia en sus aulas respectivas, colaborar en los pequeños conflictos y
dar la voz de alarma ante situaciones que pueden ser susceptibles de acoso o de
alumnos que se encuentren aislados en el grupo. Estos alumnos se reúnen
quincenalmente o mensualmente con la Orientadora para: a) informar del clima de
convivencia en su aula y b) trabajar habilidades sociales, resolución de
conflictos…para poder ponerlos en práctica en sus clases.
También el centro, en su Plan de
Convivencia, recoge un grupo de mediación, formado por profesores, alumnos y
miembros de las familias. A él se pueden acoger los alumnos que se encuentren
en algún conflicto para intentar, mediante el diálogo y la capacidad de llegar
a acuerdos, solucionarlo y que no se vuelva a repetir.
El centro ha situado como un objetivo
general anual en la PGA la mejora de la convivencia con un plan concreto que
abarca muchos ámbitos: formación, mediación, trabajo en el respeto, trabajo en
la limpieza y en la creación de buenos espacios de estudio, fiestas del centro
en torno a la solidaridad, recogida de alimentos en fechas señaladas… toda una
serie de actividades que se informan a profesores, familias y alumnos para
intentar una concienciación colectiva sobre la importancia del clima escolar.
b) Medida educativa. La medida educativa que se ha elegido
para trabajar en el aula ha sido el aprendizaje
cooperativo. Ofrece la posibilidad conjunta del trabajo en equipo y de la
valoración individual, lo que favorece la mejora de la autoestima y las
habilidades sociales; que son precisamente los aspectos que íbamos a trabajar
con la alumna 34 en el módulo 2.
Partiendo del tipo de centro que hemos
descrito nos parece la medida más adecuada, ya que la heterogeneidad y mezcla
de niveles de tipo de alumnado son lo más adecuado para este tipo de trabajo.
Además, teniendo alumnos con necesidades espaciales, la evaluación individual
nos es muy útil para atender a toda la variedad de situaciones (alumnos con
lengua de signos, que desconozcan español, problemas de comportamiento…)
Este tipo de organización nos facilita el
conocimiento mutuo, el que casa miembro del grupo aporte sus mejores cualidades
y que todos ellos se ayuden entre sí para obtener los mejores resultados
posibles en su conjunto. Para una alumna como la de nuestro caso el trabajo en
pequeño grupo le facilitará la comunicación con los otros alumnos y el sentirse
más apoyada y valorada por sus compañeros.
Para llevar a cabo este aprendizaje:
-
Dividiremos
la clase en grupo (no más de cinco). En ellos se intentará que se recoja la
mayor variedad posible. En el caso de nuestra alumna 34, tras la valoración del
test socioescuela se intentará que en el grupo haya un alumno ayudante, algún
proactivo social y, por supuesto, que no estén aquellos compañeros con los que
presenta mayor conflicto.
-
Se
expone el tema a tratar y se pide al grupo que se organice y divida la tarea.
Es importante que el profesor esté atento a esta fase, facilitando que cada
alumno/a elija aquello para lo que está más capacitado. Es fundamental que
todos los alumnos tengan una actividad para hacer y que la distribución de
tareas esté equilibrada (tengan todos una carga de trabajo similar).
-
Se
crean unas normas entre los mismos miembros del grupo. Se ponen por escrito y
todos se comprometen a su cumplimiento.
-
Los
alumnos deben comprender que su esfuerzo y trabajo individual influye de manera
decisiva en el resultado global del grupo, por ello debe esforzarse para
conseguirlo.
-
Se
debe propiciar un ambiente de compañerismo y confianza entre los miembros del
grupo, de manera que puedan pedir ayuda si lo necesitan y ayudar cuando lo
consideran necesario.
-
Se
valorará, al final, tanto el trabajo del equipo en su conjunto como el
rendimiento individual. Con ello se crea una atmósfera propicia para conseguir
alcanzar el fin propuesto.
3.-
Protocolo de actuación
Como
medidas de actuación proponemos:
a) Organización
de los espacios.
a.1. Establecer vigilancia en las entradas y salidas del centro, ya que
son los momentos más susceptibles de que puedan ocurrir situaciones de acoso.
La atención permanente tanto del profesorado como de los vigilantes de control
facilita esta tarea.
a.2. Vigilancia en los cambios de clase. Estos tiempos muertos entre clase y clase también
favorecen las situaciones conflictivas. Eliminar los cinco minutos entre clase
y clase y la atención del profesor de guardia son indispensables.
a.3. Recreos.
Son el momento clave en el que se pueden producir los conflictos. Es necesaria
la creación de unas guardias de recreo y de una distribución de los patios de
manera coherente para poder abarcar todos los espacios. Las aulas deberán estar
cerradas. Es necesario ofrecer alternativas para los alumnos que no deseen
estar en el patio: biblioteca (con un profesor encargado para que los alumnos
puedan hacer tareas, leer o consultar en los ordenadores…), sala de juegos (con
profesor encargado y variedad de actividades a realizar), tareas deportivas
organizadas (torneos de fútbol, baloncesto…). Los profesores de recreo, así
como el equipo directivo tienen que estar vigilantes y disponibles ante las
situaciones de conflicto. Pero, además, en el recreo es el momento en el que
los chicos se sienten más libres y muestran más su forma de ser. Por ello es
necesario que el profesorado esté atento a aquellos alumnos que estén solos o
aislados para poder intervenir en esas situaciones.
a.4. Actividades
complementarias y extraescolares. En las actividades que se realicen dentro
o fuera del centro hay que tener cuidado con que no haya alumnos solos (en el
autobús, al dividirlos por parejas, etc) para evitar determinados conflictos.
a.5. Actividades
por las tardes. En un centro como el nuestro, que tiene por las tardes campeonatos
escolares y el programa Refuerza, es necesaria la coordinación del equipo
directivo con los encargados de estas actividades para poder detectar
situaciones problemáticas.
b) Organización
interna.
b.1. Móviles.
Prohibición absoluta del uso de móviles. Vigilancia extrema y sanciones
recogidas claramente en el RRI con información a los padres para evitar
problemas de cyberacoso.
b.2. Organización
de los grupos. En las reuniones de la evaluación final de junio se valorará
la convivencia de los grupos y el jefe de estudios junto con el tutor recogerán
las posibles situaciones latentes de conflicto, valorarán los alumnos
proactivos y los aislados y se tratará en la junta de evaluación las posibles
distribuciones de alumnos para el siguiente curso. La observación constante y
conjunta del profesorado evitará determinadas situaciones y contribuirá a
separar a los que ejercen liderazgo negativo.
b.3. Mantener redes sociales a lo largo de varios cursos. Un mismo tutor o varios
compañeros que se sirvan de apoyo mutuo durante varios años puede facilitar el
afianzar la autoestima y evitar situaciones no deseadas.
b.4. El equipo directivo ha de tener en
consideración, a partir de lo informado por los profesores, los grupos que
pueden presentar más problemas y asignarles un tutor con experiencia e implicación que sepa manejar los
conflictos.
b.5. Talleres
de habilidades sociales, resolución de conflictos y autoestima llevados a cabo
por el Departamento de Orientación y por agentes externos.
b.6. Proponer a los tutores los cambios semanales o quincenales de
sitio de los alumnos en el aula. Así se fomentan relaciones que de otra forma
casi serían imposibles, se deshacen influencias negativas y se favorece la
sensación de grupo.
b.7. Realizar reuniones informativas con las familias para crear un clima general
de escucha y confianza. Si es posible, incluso crear una escuela de padres en
la que se proporcionen talleres para el aprendizaje de problemática
adolescente.
En
definitiva, es necesaria la coordinación de todos los miembros de la comunidad
educativa para evitar situaciones de acoso escolar. El estar atentos a las
“señales”, en todos los ámbitos (familiar, aula, centro…) y la prevención son
los mejores medios para conseguir una buena convivencia y un ambiente adecuado
para formación académica y personal. Es tarea de todos nosotros el lograrlo.